Los síntomas que alertan sobre la posibilidad de tener asma bronquial son: la falta de aire o disnea, la presencia de tos que puede ser seca o productiva de una flema mucosa, las sibilancias o silbidos (ruidos al respirar) y la sensación de tórax rígido, o molestias torácicas acompañantes.
El asma puede desarrollarse a cualquier edad de la vida, aunque la mayoría de las personas que presentan asma han tenido síntomas en su infancia. Esta información es muy importante, ya que muchas veces puede que recuerdes haber tenido broncoespasmos o cuadros bronquiales frecuentes, aunque no se haya hecho en su momento el diagnóstico de asma, o no se haya mencionado esa palabra nunca. Los síntomas mejoran o desaparecen alrededor de la pubertad en la mayoría de los casos, y vuelven a aparecer en la vida adulta, para establecerse ya crónicamente.
Aunque es menos frecuente, hay personas que comienzan con síntomas de asma en la adultez. Esta presentación obliga a descartar otras causas de síntomas, como pueden ser la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la superposición de asma y EPOC, la insuficiencia cardiaca y el reflujo gastro-esofágico entre otras condiciones.
El asma en los adultos puede también desarrollarse debido a la actividad laboral (asma ocupacional), cuando hay exposición durante un tiempo a partículas ambientales alergénicas. El asma asociada a sensibilidad a la aspirina también es más frecuente de ver en adultos.
Si hubiera que caracterizar los síntomas asmáticos con pocas palabras, elegiría “episódicos” y “reiterados” como los más gráficos.
La falta de aire, tos, sibilancias, producción de flema y molestias torácicas pueden aparecer en conjunto, o pueden presentarse uno o dos de ellos solamente. Hay pacientes que tienen molestias continuas durante largos periodos de tiempo, con empeoramientos y mejorías parciales. Hay mucha variabilidad individual en la presentación, pero lo más importante para sospechar esta condición es la reiteración de los cuadros, es decir, vuelven una y otra vez.
Luego de un periodo de tranquilidad, los síntomas recaen o se reiteran a intervalos variables: cada día, cada semana, o periodos más largos que dependen de una variabilidad individual y también tienen que ver con la severidad del asma.
En ocasiones se puede ver una relación con desencadenantes, como pueden ser partículas del aire que se han inhalado (polen, ácaros, pelo de animales, etc.), el ejercicio, una infección viral, exposición al aire frio.
La historia familiar de asma o una historia personal de alergias (dermatitis, rinitis, conjuntivitis alérgica) favorece el diagnóstico de asma. En general durante el interrogatorio surge que en la familia cercana hay asmáticos o personas con cuadros bronquiales a repetición (aunque no se haya diagnosticado asma como tal) y también familiares con antecedentes de alergias, poliposis nasal, sinusitis crónica, dermatitis alérgica, etc.
Si eres fumador, se debe descartar la presencia de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) como un diagnóstico diferencial, aunque ambas enfermedades pueden aparecer juntas (superposición asma/EPOC).
SÍNTOMAS DEL ASMA
Disnea
Sibilancias
Tos (seca o con mucosidad transparente)
Molestias torácicas
ANTECEDENTES
- Edad de presentación (más común en la infancia, con reinicio de los síntomas en la vida adulta). Menos frecuente, asma de inicio adulto.
- Factores desencadenantes (inhalación de polen, ácaros, pelo de animales, virus).
- Historia personal de alergias (rinitis, sinusitis crónica, dermatitis, pólipos nasales).
- Historia familiar de asma bronquial o alergias respiratorias.
Dra. Alicia Rodriguez
Jefa de Servicio de Neumonología (MP 92739)
Clínica y Maternidad Colón – Mar del Plata.