El asma es una enfermedad inflamatoria crónica del aparato respiratorio.
La presencia de inflamación es una característica común que afecta a toda la vía respiratoria, incluida la mucosa nasal.
A nivel bronquial, se produce inflamación y edema (engrosamiento) de la mucosa capa interna de los bronquios con aumento de secreciones respiratorias.
Los músculos que rodean a los bronquios se contraen y estrechan su diámetro.
La inflamación bronquial causa directa o indirectamente la aparición de todas las manifestaciones clínicas típicas de la enfermedad, tales como sus síntomas.
Entre los síntomas más frecuentes, que varían en intensidad y frecuencia de una persona a otra, se pueden presentar:
Dificultad para respirar
Sibilancias
Tos (seca o con mucosidad transparente)
Sensación de opresión en el pecho
Pueden aparecer varias veces al día o en la semana y en algunas personas se agravan durante la actividad física o por la noche.
No se puede identificar una única causa para que alguien desarrolle esta enfermedad. De todas formas, se conocen determinados factores que aumentan la probabilidad de que un individuo sea asmático.
Dentro de los factores de riesgo para el desarrollo de asma, podemos identificar:
- Predisposición genética: la mitad de los pacientes asmáticos tienen antecedentes familiares de la enfermedad.
- Atopía: es la capacidad del individuo para desarrollar una respuesta alérgica frente a diversos estímulos.
- Tabaquismo materno durante el embarazo.
- Exposición ambiental – laboral: Alérgenos dentro de las viviendas, el humo del tabaco, irritantes químicos y físicos, el ambiente laboral o la contaminación ambiental.
Los Factores desencadenantes son aquellos cuya exposición origina la aparición de síntomas en los pacientes con asma.
A modo de ejemplo, podemos describir:
- Factores ambientales: polución, polen de las flores y plantas, ácaros, mascotas en la casa.
- Factores laborales: lugar donde se trabaja: aserraderos, laboratorios, industrias alimentarias, farmacéuticas, barnices, esmaltes, panaderías, molinos, entre otros.
- Otros: fármacos: aspirinas, algunos anti hipertensivos o gotas oftálmicas que tengan beta bloqueantes, antibióticos. Alimentos: frutos secos, lácteos, huevos, mariscos, cereales, vinos y cervezas.
Dr. Aníbal Bermúdez
Médico Cirujano, especialista en
Neumonología (MP 31987)
Hospital Italiano de Córdoba.